TÍTULO: CAÑONAZO EN LA TORMENTA
AUTOR: ADELA PÉREZ LLADÓ
EDITORIAL: DESTINO
ILUSTRACIONES: VÓTRIC
RESUMEN:
Nico
y su madre estaban jugando al fútbol juntos, a tirar penaltis. Aparecen dos
niñas, Lisa y Eva, que les preguntan si pueden jugar con ellos. Eva era muy
buena en ese deporte, ella era gemela de
Ivo, del equipo de Los Pirañas y ella quería entrar en el equipo pero su
hermano no le dejaba. Nico se dio cuenta de que pasaría las pruebas sin
problema.
Babila,
también del equipo de los pirañas, tenía un telescopio. Todas las noches lo
usaba para mirar las estrellas y una noche observando hacia el Instituto, vio
que un hombre vestido de negro entraba en él y salía con el trofeo más antiguo
del colegio, lo había robado. Babila
avisó a todos los de su equipo y fueron al instituto por la noche para
comprobar si era realidad lo que se imaginaban. En la vitrina sí estaba la
copa, pero la abrieron y comprobaron que era una copia de la original y que
esta copia era de plástico. Se quedaron en el instituto y se pusieron a jugar
al fútbol en el gimnasio, echaron un
partido y Nico no metió ningún gol.
Eva
insistió mucho en hacer las pruebas para entrar en el equipo y las hizo. Como
era de suponer, las pasó sin problema. Como era tan buena, el equipo pensaba
que realmente era de las mejores del mundo.
Nico
y sus amigos corren mil aventuras juntos, como cuando descubren en el despacho
de una de las monitoras del equipo, llamada Máxima Guerra, un montón de
billetes escondidos bajo una baldosa, o cuando tuvieron que jugar un partido
contra el equipo rival en un campo que estaba al aire libre y había caído tal
tormenta, que además de esquivar a los rivales tenían que esquivar un mónton de
charcos de agua. Aún así pudieron ganarlo.
No
habían olvidado el misterio de la desaparición de la copa. Su compañero Babila
había descubierton un pelo canoso que podía ser del ladrón. No podía ser de
otra persona, seguro que pertenecía al profe de gimnasia. Fueron a verlo y él
les confiesa que cogió la copa porque quería recuperar una moneda antigua que
él y su mejor amigo de la infancia habían guardado dentro de la base de la
copa. Su amigo venía a visitarle desde otro país después de muchos años y
querían recordar viejos tiempos, necesitaba recuperarla y prefirió no tener que
contárselo a nadie.
Llegó
el momento de que Eva vistiera su camiseta, ya pertenecía al equipo. Había que
buscar un mote para ella. Finalmente se decidieron por TORMENTA, y sería la
número 10.
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